Los Enemigos de la Democracia.
Mientras la mayoría de las fuerzas políticas y de la sociedad española apostaban por un consenso social que consolidase el proceso de transición, algunos sectores promovían la violencia para desestabilizar al país. Las principales amenazas provenían del involucionismo, del golpismo militar y del terrorismo.
Las fuerzas de la extrema derecha nostálgicas del franquismo se movilizaron para impedir la consolidación democrática. Para ello, crearon agrupaciones violentas para intentar desestabilizar el país.
El
terrorismo de extrema izquierda también estuvo vinculado a la aparición de
organizaciones violentas como el GRAPO o el FRAP, sin embargo, la principal
actividad terrorista provenía de ETA, que emprendió una campaña de atentados.