La Constitución de 1978.
Las Cortes elegidas el 15 de junio de 1977 no tenían formalmente el carácter de constituyentes. Sim embargo, pronto se impuso la opinión de que su primera tarea debía ser la elaboración de una Constitución democrática.
La redacción de la Constitución inició la llama política de consenso, la negociación y el acuerdo entre las fuerzas políticas.
La Constitución
de 1978 adoptó un carácter progresista, define España como un "Estado social y
democrático de Derecho", organizado como una monarquía parlamentaria, en la que
la Corona tiene básicamente funciones representativas y en la que el ejército
queda sometido al poder civil. Asimismo, el texto fija el carácter no
confesional del Estado y desarrolla una amplia declaración de derechos
fundamentales y libertades.