"El Político"

16.01.2021

En 1759, el monarca se instaló en Madrid desde donde dirigía el reino con la madurez de un gobernante experimentado.
Era una persona tranquila y reflexiva, que sabía combinar la calma con la firmeza y la seguridad en sí mismo. Dotado de un alto sentido cívico en su acción de gobierno, concebía siempre que debía ser modélico para los demás, fueran sus hijos, sus servidores o sus vasallos.
Durante su reinado, algunos amigos de Carlos III, como Jovellanos o Campomanes, abrazaron la causa ilustrada, y el monarca permitió la creación de determinadas instituciones.
En estas instituciones las mujeres encontraron un espacio para aprender en escuelas especializadas de formación profesional (Escuela de Bordados). Además, ayudaban a niños huérfanos de la ciudad para bajar la altísima cifra de mortalidad infantil (87%) e incrementar la población de España, que se había convertido en una de sus preocupaciones políticas. 

(Carlos III) 

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